El hacking ético y el hacking malicioso son dos conceptos opuestos.
El primero se realiza con fines legítimos y éticos, mientras que el segundo tiene fines ilícitos y dañinos. Es importante tener en cuenta estas diferencias a medida que se analiza la seguridad online y se toman medidas de protección.
Diferencias entre hacking ético y hacking malicioso
El hacking ético y el hacking malicioso son dos términos que se utilizan para describir dos tipos diferentes de actividad online. El hacking ético, también conocido como “white hat” hacking, se refiere a la práctica de utilizar habilidades de hacking con fines legítimos y éticos. Por ejemplo, un hacker ético puede utilizar sus habilidades para probar la seguridad de un sistema con el fin de ayudar a mejorarlo y protegerlo contra ataques maliciosos.
Por otro lado, el hacking malicioso, también conocido como “black hat” hacking, se refiere a la utilización de habilidades de hacking con fines ilícitos o dañinos. Los hackers maliciosos pueden utilizar sus habilidades para robar información confidencial, interrumpir servicios en línea, o causar daños en sistemas informáticos.
Hay algunas diferencias importantes entre el hacking ético y el hacking malicioso. En primer lugar, el hacking ético se lleva a cabo con el permiso y la colaboración de las empresas o individuos cuyos sistemas se están probando, mientras que el hacking malicioso se lleva a cabo sin permiso.
En segundo lugar, el hacking ético tiene como objetivo mejorar la seguridad de los sistemas, mientras que el hacking malicioso tiene como objetivo causar daño u obtener ganancias ilegales.
Razones por las que puedes querer contratar a un hacker ético
Existen numerosas razones para querer contratar los servicios de un hacker profesional. Algunas son motivaciones lícitas y otras podrían no serlo tanto, dependiendo esto principalmente de las regulaciones en materia de seguridad informática existentes en cada país.
A continuación, enumeramos algunas razones por las que alguien puede estar buscando contratar un hacker.
- Probar la seguridad de un sistema o red para detectar y corregir vulnerabilidades antes de que los hackers maliciosos las exploten.
- Identificar y eliminar malware o cualquier otra amenaza que pueda estar comprometiendo la seguridad de la información de la empresa.
- Ayudar a las empresas a cumplir con estándares y regulaciones de seguridad de la información, como el cumplimiento de los requisitos normativos.
- Ayudar a las empresas a desarrollar y mejorar sus políticas y prácticas de seguridad de la información.
- Identificar y corregir problemas de seguridad en el diseño de un sistema antes de su implementación.
- Ayudar a las empresas a prepararse para posibles incidentes de seguridad, como ataques de phishing o ransomware.
- Ayudar a las empresas a recuperarse de incidentes de seguridad al investigar y analizar las causas.
- Proporcionar capacitación y educación en seguridad a los empleados de una empresa para ayudarles a evitar amenazas de seguridad.
- Ayudar a las empresas a mantener un alto nivel de seguridad en todo momento mediante el monitoreo continuo de sus sistemas y redes.
Otros motivos, sin embargo, podrían no ser tan lícitos como los anteriores, pero también son motivos habituales que hacen a las personas requerir de los servicios de un hacker:
- Vigilar a sus parejas, sobre todo en casos de infidelidades o divorcios.
- Controlar a hijos menores para ver si su comportamiento es adecuado.
- Vigilar los movimientos de otras personas, como socios empresariales, jefes, empleados o personas que intervienen en litigios legales.
- Para hacer espionaje corporativo, algo muy habitual entre grandes empresas de tecnología.
- Para borrar datos de Internet o aumentar la privacidad de nuestra identidad.