Ventajas de los programas de simulación en el entorno empresarial actual

En los últimos años, he formado a miles de empleados de cientos de empresas utilizando un simulador de vuelo de avión de combate realista. He comprobado que las habilidades moldeables necesarias para sobresalir en diversos entornos simulados pueden enseñar habilidades como el trabajo en equipo, la gestión del tiempo y el liderazgo desde el entorno simulado hasta el mundo empresarial. A diferencia de la formación tradicional, que puede incluir conferencias, lecturas, pruebas y presentaciones de PowerPoint, los simuladores adoptan un enfoque experiencial para transmitir sus lecciones.

¿Qué nos ofrecen los simuladores?

Los simuladores ofrecen experiencias reales a los participantes, que pueden trasladarse a las funciones cotidianas de los empleados. Algunos, como el desarrollado por The Squadron, sitúan a los participantes en un entorno extraño en el que se les encomienda la realización de misiones, mientras que otros pueden utilizar gafas de realidad virtual o crear entornos simulados por los que los participantes tienen que navegar de alguna manera.

Colocar a los empleados en un entorno simulado, especialmente en uno con el que no están familiarizados, en realidad libera al empleado para que pruebe cosas nuevas. Normalmente no tienen experiencia en pilotar un avión, por lo que los participantes en nuestro programa no tienen expectativas de éxito. Esta falta de expectativas en el entorno simulado es realmente liberadora, ya que permite a los participantes superar los límites y probar nuevos enfoques y técnicas.

Los simuladores son especialmente potentes porque ofrecen una respuesta inmediata. Los participantes son capaces de reconocer, muy rápidamente, dónde han tenido éxito o han fracasado, y tienen la oportunidad de aprender de la experiencia.

¿De qué modo nos ayudan a desarrollar nuevas habilidades?

Una vez finalizada la simulación, es fundamental que el programa ponga de relieve las habilidades aprendidas. A través del taller de la experiencia de simulación, los empleados llegan a reconocer las habilidades que utilizaron durante el simulacro y se les ocurren formas de aplicar esas lecciones a su trabajo. Esas habilidades pueden incluir desde el trabajo en equipo, el aprendizaje de los errores o la asunción de roles de liderazgo en los proyectos.

Los simuladores permiten a los participantes practicar y mejorar su nivel de conocimientos. A diferencia de una sesión de formación en el aula o en PowerPoint, donde la información se presenta y a menudo se olvida, los simuladores pueden utilizarse repetidamente a lo largo de una sesión. La naturaleza repetitiva de estos sistemas permite a los empleados hacer las cosas una y otra vez hasta que las lecciones y las habilidades se vuelven más arraigadas. La repetición hace que les resulte más fácil recordar y llevar a su lugar de trabajo las habilidades aprendidas.

¿Qué nos aportan en la toma de decisiones?

El pensamiento estratégico y la toma de decisiones también entran en juego con los simuladores. Por lo general, estos programas requieren que los participantes se pongan en la posición de otros o que utilicen habilidades analíticas y de comunicación que tal vez no usen durante un día de trabajo típico. Una vez más, estos no son los tipos de habilidades que se pueden desarrollar fácilmente durante una sesión de formación de PowerPoint.. Consideraciones para las organizaciones con formación con simuladores.

Las tecnologías inmersivas como los simuladores tienen la capacidad de crear cambios duraderos y desarrollar habilidades. Sin embargo, las organizaciones que están considerando la implementación de simuladores en sus secciones de formación deben tener en cuenta estas consideraciones al planificar su programa.